Hoy en el diario El País de Uruguay, salió publicada esta nota que escribí con muchísimo amor. Hace un par de semanas me fui a Porto, Portugal y como si de algo mágico se tratara descubrí que era una de las ciudades Potter. Había ido a Edimburgo por esa razón, pero cuando saqué el pasaje a Porto lo hice por consejo de un amigo, que me comentó que Portugal era muy lindo y merecía la pena conocer.
Allá me fui, con mi valija rosada, mi cámara de fotos y mis championes de plataforma que me hacen sentir una Spice Girl.
Sin acordarme que esa era la ciudad donde vivió Rowling mientras estaba casada con un portugués y donde tuvo a su primera hija, Porto me pareció que tenía similitudes con Edimburgo y quizás era esa magia en el aire. Así que así, como quien no quiere la cosa me armé un Tour Potter en unos meses.
Acá pego la nota que obviamente se puede leer en el diario. Pero que acá puedo adornar mis palabras con fotos más personales 😀
Guía de viaje para un cumpleaños mágico
Parece increíble que pasaron 20 años desde que el niño —y no tan niño— mago más famoso entró en las vidas de millones alrededor del globo. Lo dijo la propia Joanne Rowling en su cuenta de Twitter el lunes: «Hace 20 años un mundo en el que había vivido sola fue repentinamente abierto a otros. Ha sido maravilloso. Gracias».
Son 20 y quizás por la intensidad, parecen muchos más. Cuando en 1997 por fin una editorial decidió publicar Harry Potter y la Piedra Filosofal, nunca imaginó que había encontrado una mina de oro. Su fama fue tal, que ya en 2001 se habían publicado los cuatro primeros libros de la saga y la primera película llegó al cine.
Los libros no solo volcaron a la lectura a millones de jóvenes, sino que los conectó con adultos que compartieron su pasión por la historia. Esos niños y jóvenes hoy pisan los 30 años y la magia está intacta gracias a la publicación y puesta teatral de Harry Potter y el legado maldito, y la precuela Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos.
La saga tiene ocho libros publicados, ocho películas y una obra de teatro. Y están Los cuentos de Beedle el Bardo, Quidditch a través de los tiempos y Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos del que se estrenó una película y se esperan al menos dos más.
Potter en Portugal.
¿Qué hizo de ese mundo mágico un universo verosímil? La inspiración que recibió la autora de los libros de su entorno. Harry Potter existía en la mente de Joanne Rowling desde un viaje en tren de Manchester a Londres, pero fue cuando se mudó a Oporto, Portugal, que muchas de sus ideas se materializaron.
Si empezáramos nuestro viaje por este mundo de inspiración, nos detendríamos en la Universidad de Oporto, donde los estudiantes llevan unas capas negras tradicionales que inspiraron el uniforme de Hogwarts.
Bajando unos metros desde la universidad por la Avenida de los Carmelitas se encuentra la Librería Lello, un edificio neogótico cuyo interior parece sacado del set de rodaje de alguna de las películas. Sus escaleras de madera con escalones escarlata nos trasladan al Callejón Diagon, donde en Flourish and Blotts los estudiantes de Hogwarts compran sus libros de texto.
A tan solo unas cuadras, sobre el Rio Douro, se encuentran los Jardines del Palacio de Cristal, donde el bosque, las construcciones románticas y las aves que lo habitan hicieron imaginar a Rowling cómo sería el Bosque Prohibido que rodearía el castillo de Hogwarts.
En las paredes de complejos bajorrelieves del Café Majestic ubicado en la Rua Santa Catarina, la vía peatonal de compras más concurrida de la ciudad, está la mismísima cara de Albus Dumbledore.

Londres y Edimburgo.
Nuestro viaje acompañando a Rowling toma rumbo norte. Luego de que su matrimonio con el periodista Jorge Arantes finalizara en 1993, se trasladó a Edimburgo, donde vivía su hermana. La ciudad escocesa no necesita demasiado para hacer volar la imaginación: su conexión con los celtas, su arquitectura, y que el animal nacional sea nada más y nada menos que el unicornio, nos habla de cómo la magia vive en la ciudad.
Edimburgo está íntimamente relacionada con Harry Potter: su apellido vino de la calle Potterow, nombrada así porque allí se encontraban los negocios de los alfareros (Potter, en inglés).
En tanto, Hogsmade —el único pueblo enteramente habitado por magos y que se encuentra junto al castillo de Hogwarts— tiene una fisonomía casi idéntica a la de los edificios que se levantan en la Royal Mile. Mientras, la calle Victoria Street es el mismísimo Callejón Diagon con sus tiendas desordenadas y apretadas.
Además, el cementerio Greyfriars tiene «enterrados» a varios de los protagonistas de los libros, especialmente a Tom Riddle, alias Lord Voldemort. Justo detrás del cementerio, se erige el Hogwarts escocés: el colegio George Heriot. Su estructura es similar a la del castillo mágico, y en él sus estudiantes son divididos en cuatro casas: Castle, Lauriston, Raeburn and Greyfriars.
En Edimburgo, además, hay dos cafeterías que se precian de haber sido las preferidas de Rowling: «The Elephants House», en cuya vidriera se lee «el lugar donde nació Harry Potter», y The Spoon, un cafecito más chico donde Rowling iba a escribir. Más tarde, ya con fama y con su historia en la cima, la escritora eligió las vistas del Hotel Balmoral para terminar de escribir la saga del niño mago.
Este viaje mágico nos traslada ahora a una nueva ciudad: Londres. Probablemente esta es la única urbe donde vemos al joven mago en acción, sobre todo interactuando con los muggles.
Kings Cross es una de las estaciones más importantes de Londres, allí llega el metro, el tren, y a su lado, en St. Pancras, salen los trenes internacionales que cruzan el Canal de la Mancha. Es en la estación de Kings Cross que se encuentra el famoso andén 9 y 3/4 donde cada 1° de septiembre a las 11:00 horas parte el Expreso de Hogwarts. La plataforma, que no existía, fue montada para que los fans puedan tomarse fotos con carrito, bufanda y lechuza incluida, además de estar acompañada por una megatienda de merchandising.
También está la magia detrás de las ocho películas de la saga. A unos 40 minutos de Londres se encuentran los estudios de Warner Bros. que tras haber albergado los rodajes de las ocho películas por más de 10 años, han sido abiertos al público como una especie de museo.
En el Warner Bros. Harry Potter Studio Tour los fanáticos pueden revivir la magia de las películas. Algunos sets se han mantenido intactos y quienes asisten pueden ver disfraces y estructuras originales, además de vivir la experiencia de volar sobre Londres en escoba o probar la famosa Cerveza de Manteca.
Esto forma parte de un interminable universo que no para de ser explotado, es que con una nueva saga de películas y la obra de teatro estrenada hace casi un año en Londres y debutando en Broadway en la primavera boreal de 2018, parece que la magia no tiene límites.