Si hay algo que me gusta de vivir en Europa y particularmente Barcelona es que todo es cerca. Dos horas de avión a casi todas las ciudades y al estar cerca de la frontera con Francia hacer unos 200 km te va dejar en lugares muy lindos como Perpignan y Carcassonne.

Parte de las bondades de ser estudiante es que acá todo es más fácil, así llegamos a Barcelona Trips (una recomendación heredada de Ile y que ayer estrené). Con esta agencia muy barata y buena para viajar nos fuimos a pasar el día a Francia.

El primer destino fue Perpignan. Una grata sorpresa, ya que no había tenido buenas referencias, contando mi gusto por la historia y que estoy leyendo «La catedral del mar» de Idelfonso Falcones, le puse sitio a la historia.

La ciudad es pequeña, desde el castillo del Rey de Mallorca se ven las montañas nevadas, lo que realmente fue muy bonito. La ciudad chiquita tiene una iglesia muy linda, gótica, con vitrales y torres interesantes. El Castillet ofrece una vista preciosa de la ciudad que además tiene una magia especial, sobre todo con el mercadito navideño que se había instalado sobre el canal y las Galerías Lafayette.

Algunas fotos de Perpignan:

Carcassonne fue algo diferente. Llegamos por la tarde a disfrutar de una ciudad que parece salida de una película (de hecho se rodaron bastantes allí como Robin Hood de Kevin Costner), dicen que Disney se inspiró para hacer el castillo de los parques en la ciudad y tuvimos una visita guiada muy interesante.

Para los que aman la historia como yo es un lugar en el que pasaron griegos, romanos, bábaros, franceses, españoles. Famosa por ser una fortaleza inexpugnable, tiene un castillo en su interior y se puede ver bien como funcionaban las ciudades medievales: nobles y clérigos por un lado, pueblo por otro. Además de tener una propia visión de la religión interesante y previa a la reforma protestante.

Es un lugar mágico para pasar el día: comida rica, lindos recuerditos y vistas hermosas. Me hubiese gustado quedarme más.

Algunas fotos de Carcassone: