Hoy hace un mes exacto que llegue a Barcelona. Hace 10 días que conseguí piso y créanme pensé que iba a colapsar en el intento.
Barcelona es una ciudad cosmopolita, llena de olores, sabores e idiomas que muy lejos están del catalán y el castellano. Acá se habla en lenguas y dialectos que los que venimos de América es difícil que imaginemos, ya que todos más o menos hablamos parecido.
Esa característica de ciudad cosmopolita y muy turística hace que encontrar un piso (un apartamento diríamos en Uruguay) se una misión tediosa.
Cuando me vino nadie me advirtió que la falta de recibo de sueldo, aval bancario, etc. Iba a ser uno de mis principales impedimentos, porque claro quién quiere alquilarle un departamento a estudiantes (sinónimo de descontrol) que no curran (trabajan).
Luego vienen las estafas y la informalidad. Internet está lleno de estafas, oportunistas que se aprovechan de quienes quieren alquilar un piso antes de llegar, te hacen un cuento, te piden que pagues por airbnb y puf perdiste miles de euros. las páginas como Idealista son bastante buenas para detectar fraudes, peeeeeerooo hay que tener cuidado.
En cuanto a la informalidad me refiero a la cantidad de veces que llegue a la puerta de un piso y me dejaron plantada. En un día me pasó tres veces y cuando no tenés donde vivir eso es de lo más frustrante que hay.
Hay que tener en cuenta que hay miles de estudiantes en esta situación y la demanda es altísima, por lo que el orden de llegada y tener el dinero en mano es fundamental.
Allá a las cansadas conseguimos piso, la verdad que cuando ya me había resignado a buscar una habitación separada de mis roomies yoruguas apareció hábitat jove, se los recomiendo si vienen para acá. Pasaporte, carta de la universidad y plata, todo lo que piden.
Nadie me aviso de las fianzas, dos meses de alquiler en garantía y los gastos de la inmobiliaria, es un paston (que española estoy) y después lo que compres para convertir el apartamento en un lugar habitable y propio. Por suerte acá está Ikea, el paraíso terrenal donde con 130 euros te dejas el cuarto pipí cucú.
Después de mudarte viene una etapa también tediosa: empadronarse, un tramite sencillo pero para el que hay que esperar un mes porque nunca hay hora y luego el NIE y/o TIE, el documento del espacio schegen, otro mes y posiblemente tengas que hacerlo en una ciudad vecina como en mi caso que mañana voy a Badalona.
En fin, si venís a Barcelona varias cosas: paciencia, paciencia, paciencia: «ez que ostras, la coza con los pizos está complicada» (para leer con acento) considerar que acá a la hora de la sienta no se trabaja y los fines de semana empiezan después del mediodía del viernes y sobre todo una billetera abultada, para facilitar las cosas.