Cierro los ojos y lo veo. Es domingo de pascuas y pasé a darles un beso. Está viejo, hace una semana cumplió 86, tiene los ojos celestes cansados pero está atento a todo.Una foto, la familia, los estudios. Lo veo, escucho su voz, me pregunta cuándo voy a terminar la maestría, le explicó que esta semana tengo que entregar dos exámenes. Salimos del jardín charlando, como siempre, acordándose de todos. Se acerca al auto donde me esperan mamá y Nani para irnos a almorzar. Para él son todos familia, son los años no las alianzas matrimoniales. Las saluda con el cariño de siempre y en especial en el día de pascuas. Me subo al auto, bajo el vidrio, conversamos a través de la ventana a contra luz. Es un domingo soleado de otoño y le veo los ojos celestes, el pelo blanco y el cariño que nunca falta. Lo saludo y el auto arranca. Nos mira irnos con el sol en la espalda y saluda con la mano. Abro los ojos, la próxima vez que nos encontremos no sé dónde será. Pero mi abuelo está en todas partes, todos los días. Hoy mientras estoy en su departamento en Buenos Aires lo veo en todos lados, en todos los detalles, en sus cosas y en los pedazos que dejó en todos nosotros. Cierro los ojos y lo vuelvo a ver a contraluz, aunque pasó un año.
Mariana: Me faltan las palabras. Solo nace la emocion. Divino lo que decis. Un beso enorme y in abrazo gigante!!
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Gracias!!! por expresar tanto amor!
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Cuanto amor reflejado en tan hermosas palabras. Realmente emociona.
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