Ayer no me dio la energía, entre la amargura y la falta de horas de sueño tuve un sábado de lo más malhumorado, en el que veía todo negro y no quería ni que me hablaran.
Danubio perdió 2 a 0, con Peñarol y en Jardines, convengamos que a primera vista era un partido perdible, sin contar el pésimo momento de Peñarol.
Fue un partido típico del fútbol uruguayo, de hacha y tiza con poco fútbol, el primero que hacía el gol ganaba. Peñarol jugó a lo Cerrito con línea de 8, a Danubio le faltó peso ofensivo, con un Nachito González irregular y un Rata Martiñones con poca puntería.
El juez jugó sus tantos, inventó un penal y fue el acabose, Danubio dominaba en ese momento e irse perdiendo al entretiempo fue jorobado.
Zalayeta hizo un verdadero golazo y Danubio no encontró los espacios. Peñarol aguó el festejo de los 82 años y ahora tenemos que esperar lo que pase con Nacional para saber si seguimos primeros en la anual.
Tristeza Não tem fin